Europa atraviesa la etapa de la Revolución francesa y las primeras campañas napoleónicas, y fue el denotante para la ruptura del equilibrio entre dos contextos sociales y políticos que coexistían a su vez. Debido a ello esta nueva estructura reclama una reflexión filosófica que manifeste dicha crisis que integre lo que nace y lo que caba de morir. Hegel se entusiasma por esta incipiente Revolución y con ello escribe la fenomenología del espiritu en 1806, aseverando que comienza un nuevo mundo y que de esta ruptura social resulta un movimiento nuevo.
Para esta nueva sociedad se requiere una modalidad ideológica diferente, que mantenga la continuidad de la historia, y de aqui surge la dialéctica como necesidad, la cual para este filósofo no es un acercamiento a la realidad, sino el desarrollo de la misma.
Fenomenología del espíritu:
Expone la riqueza que tiene la expieriencia en el humano y el desarrollo de la civilización occidental, mostrando como el espíritu y la razón pueden concebirse a sí mismos a lo largo de su propia historia.
Fin de la historia:
Cabe acotar que la historia se equilibra por las dualidades existentes en ella, guerra y paz, vida y muerte, amor y odio, tierra y cielo, blanco y negro, del cual parte la existencia humana y terrenal, y permite experimentar a través de estas dicotomías. El fin de la historia para mi criterio sería el final de dicho desequilibrio existencial, puesto que no sólo complementa nuestras vidas, sino que parte como base de la misma.
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